El partido de ayer parecía un partido ya jugado. Jueves, sólo una hora, calor, sequedad en el ambiente y cuatro jugadores que se tenían más que vistos: los Sevillistas (David y Jesús, la Pareja de Oro) y los Barbudos (Alberto y Miki). No obstante, desde el primer pelotazo se vio que la cosa iba muy en serio.
Los partidos de pádel se están pareciendo cada vez más a esas asignaturas chungas, que en cuanto faltas un día al siguiente estás completamente perdido. Es tan rápida nuestra progresión y ponemos tanta intensidad en los partidos, que un jugador nuevo tendrá que ponerse las pilas para no salir escaldado de la pista.
La progresión de los jugadores se nota en pequeños detalles. Los que antaño eran golpes imposibles, hoy forman parte de la rutina. Las devoluciones contra la pared del fondo ya son habituales, y ahí Jesús se está convirtiendo en un maestro, en calidad y variedad: de derecha, de revés, al fondo (algún día la mandará fuera), cruzadas, con globo, ajustadas, etc. Jugar en la red es lo normal, pero si las voleas no son ganadoras el voleador está vendido. Los mates ya no son definitivos: Miki domina el passing bajo las piernas, dejando que cruce su particular arco de triunfo, dé en la pared y así devolverla con su calma y clase habitual (dos veces en este partido). Bueno, sí hay mates definitivos, siempre que logres matar y con el bote mandarla fuera: Jesús lo consiguió cuatro veces y Miki otra, para martirio de los vecinos de pista. David se mueve en la red con soltura siempre que su hombro se lo permita. Y Alberto se juega passings demoledores desde el fondo de la pista.
La intensidad del partido de ayer destrozaría todos los amperímetros. El que en su día era el rajao convaleciente número uno, ayer se jugaba la piel mientras se rebozaba en la pista (más seca y lenta de lo habitual). Los gritos de Jesús (que no reproducimos para no herir la sensibilidad del lector) cuando fallaban atronaban en todo el C.T. Coslada. Alberto corría lo incorrible y David se lo jugaba todo, hasta la salud. Los jugadores acabaron más reventados en una hora de partido que los jugadores del EspaÑol (muahahaha) en la final de ayer. El calor hizo mella pero estamos ante cuatro competidores natos, que se hubieran arriesgado a una lipotimia si con eso logran un punto de break.
El desarrollo del partido respondió a la calidad presente en la pista. En el primer set la igualdad se hizo patente, con los jugadores defendiendo sus saques. La clave estuvo en la rotura de saque a Alberto con 3-3, que casi inmediatamente puso a los Sevillistas con 5-3 para a continuación rematar el set con el saque de Jesús, 6-4.
El segundo set permitió a los Barbudos recuperar el ritmo, logrando un break al saque de David y forzando mucho a los Sevillistas cuando les tocaba sacar. Esta combinación les permitió ponerse 15-40 y 5-2 con saque de Jesús, dos puntos de set. Pero Jesús sabe cuando hacer daño con su saque, ¡y vaya si lo hace! Logra el deuce y el 5-3. Con saque de Miki, los Sevillistas tienen dos puntos de break, la remontada es posible, pero Miki saca la coña, logrando un passing y un mate difícilmente realizables si no se dispone de grandes dosis de potra. La progresión sevillista se vio cortada y los Barbudos lograron el 6-3 con el que empataban el partido.
Y llega el tercer set. Misma tónica del segundo, con los Sevillistas un break abajo, a remolque. Pero una cosa está clara: no se rinden nunca, son las moscas cojoneras de las moscas cojoneras. A falta de dos minutos, los Sevillistas logran el break al saque de Alberto y empatan el encuentro, 4-4. Hay gente esperando, no hay tiempo de jugar otro juego en condiciones. Sí, vamos a seguir, dicen los enemigos de Gillette. Pues nada, a jugar. Los Barbudos consiguen romper el saque de David, 5-4 para ellos. 19,05h. Se acabó, dicen los anti-Wilkinson. ¿Ellos pueden forzar un juego y nosotros no? Ja. Jesús pregunta educadamente a los jugadores que esperan si se puede jugar un último juego. En principio él cree que han dicho que no y abandona la pista (fair play ante todo), pero no era así, por lo que todavía queda un apasionante último juego con el saque de Miki. Todo a favor de los Barbudos para rematar el partido. Pero en un alarde de coraje y fe que ríase usted de los del Madrid el otro día, los Sevillistas lograron un incontestable break, sacando fuerzas de flaqueza para correr bolas que cualquier ser cabal daría por perdidas. 5-5 y a casita.
Tal vez el empate sea el resultado que mejor refleja lo acontecido en la pista. "Empate moral" dicen unos, "victoria amoral" defienden otros. Nada mejor que una revancha para desempatar. El próximo jueves, la repetición de un partido irrepetible, con los mismos cuatro gigantes de este maravilloso deporte. Y esta vez... vale doble.
FICHA
Pareja Sevillista de Oro (Jesús (D)-David (I)) empatan con Barbudos (Alberto(D)-Miki(I)) por 6-4/3-6/5-5
C.T. Coslada, pista 2
Varios espectadores (con 'varios' digo más de uno) a partir del segundo set.
Día tórrido primaveral, 30 grados, poco viento. Ambiente muy cargado, mucha sequedad y concentración de polen (pobres alérgicos).
Los partidos de pádel se están pareciendo cada vez más a esas asignaturas chungas, que en cuanto faltas un día al siguiente estás completamente perdido. Es tan rápida nuestra progresión y ponemos tanta intensidad en los partidos, que un jugador nuevo tendrá que ponerse las pilas para no salir escaldado de la pista.
La progresión de los jugadores se nota en pequeños detalles. Los que antaño eran golpes imposibles, hoy forman parte de la rutina. Las devoluciones contra la pared del fondo ya son habituales, y ahí Jesús se está convirtiendo en un maestro, en calidad y variedad: de derecha, de revés, al fondo (algún día la mandará fuera), cruzadas, con globo, ajustadas, etc. Jugar en la red es lo normal, pero si las voleas no son ganadoras el voleador está vendido. Los mates ya no son definitivos: Miki domina el passing bajo las piernas, dejando que cruce su particular arco de triunfo, dé en la pared y así devolverla con su calma y clase habitual (dos veces en este partido). Bueno, sí hay mates definitivos, siempre que logres matar y con el bote mandarla fuera: Jesús lo consiguió cuatro veces y Miki otra, para martirio de los vecinos de pista. David se mueve en la red con soltura siempre que su hombro se lo permita. Y Alberto se juega passings demoledores desde el fondo de la pista.
La intensidad del partido de ayer destrozaría todos los amperímetros. El que en su día era el rajao convaleciente número uno, ayer se jugaba la piel mientras se rebozaba en la pista (más seca y lenta de lo habitual). Los gritos de Jesús (que no reproducimos para no herir la sensibilidad del lector) cuando fallaban atronaban en todo el C.T. Coslada. Alberto corría lo incorrible y David se lo jugaba todo, hasta la salud. Los jugadores acabaron más reventados en una hora de partido que los jugadores del EspaÑol (muahahaha) en la final de ayer. El calor hizo mella pero estamos ante cuatro competidores natos, que se hubieran arriesgado a una lipotimia si con eso logran un punto de break.
El desarrollo del partido respondió a la calidad presente en la pista. En el primer set la igualdad se hizo patente, con los jugadores defendiendo sus saques. La clave estuvo en la rotura de saque a Alberto con 3-3, que casi inmediatamente puso a los Sevillistas con 5-3 para a continuación rematar el set con el saque de Jesús, 6-4.
El segundo set permitió a los Barbudos recuperar el ritmo, logrando un break al saque de David y forzando mucho a los Sevillistas cuando les tocaba sacar. Esta combinación les permitió ponerse 15-40 y 5-2 con saque de Jesús, dos puntos de set. Pero Jesús sabe cuando hacer daño con su saque, ¡y vaya si lo hace! Logra el deuce y el 5-3. Con saque de Miki, los Sevillistas tienen dos puntos de break, la remontada es posible, pero Miki saca la coña, logrando un passing y un mate difícilmente realizables si no se dispone de grandes dosis de potra. La progresión sevillista se vio cortada y los Barbudos lograron el 6-3 con el que empataban el partido.
Y llega el tercer set. Misma tónica del segundo, con los Sevillistas un break abajo, a remolque. Pero una cosa está clara: no se rinden nunca, son las moscas cojoneras de las moscas cojoneras. A falta de dos minutos, los Sevillistas logran el break al saque de Alberto y empatan el encuentro, 4-4. Hay gente esperando, no hay tiempo de jugar otro juego en condiciones. Sí, vamos a seguir, dicen los enemigos de Gillette. Pues nada, a jugar. Los Barbudos consiguen romper el saque de David, 5-4 para ellos. 19,05h. Se acabó, dicen los anti-Wilkinson. ¿Ellos pueden forzar un juego y nosotros no? Ja. Jesús pregunta educadamente a los jugadores que esperan si se puede jugar un último juego. En principio él cree que han dicho que no y abandona la pista (fair play ante todo), pero no era así, por lo que todavía queda un apasionante último juego con el saque de Miki. Todo a favor de los Barbudos para rematar el partido. Pero en un alarde de coraje y fe que ríase usted de los del Madrid el otro día, los Sevillistas lograron un incontestable break, sacando fuerzas de flaqueza para correr bolas que cualquier ser cabal daría por perdidas. 5-5 y a casita.
Tal vez el empate sea el resultado que mejor refleja lo acontecido en la pista. "Empate moral" dicen unos, "victoria amoral" defienden otros. Nada mejor que una revancha para desempatar. El próximo jueves, la repetición de un partido irrepetible, con los mismos cuatro gigantes de este maravilloso deporte. Y esta vez... vale doble.
FICHA
Pareja Sevillista de Oro (Jesús (D)-David (I)) empatan con Barbudos (Alberto(D)-Miki(I)) por 6-4/3-6/5-5
C.T. Coslada, pista 2
Varios espectadores (con 'varios' digo más de uno) a partir del segundo set.
Día tórrido primaveral, 30 grados, poco viento. Ambiente muy cargado, mucha sequedad y concentración de polen (pobres alérgicos).
SEVILLA, SEVILLA, con un jugador tocado en hombro y pie pudieron mantener a raya a los "barbudos?", si eso es barba yo tengo un felpudo en mi.....!!!
ResponderEliminarEstuve viendo el partido desde fuera y me parece que David tiene más clase que ningún otro, grandes reflejos y sabe interpretar muy bien los partidos.
Besos de una chica muy sevillista
Ja ja ja, me da que alguno está sacando su lado femenino.
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