Hay que reconocerlo: a todo el mundo le fastidia perder. No importa que sea un partido amistoso o la final de un torneo: perder no mola. ¿Y por qué? Pues porque cuando se ha ganado uno busca repetir esa sensación, y ver al contrario celebrar algo que uno buscaba con ansia no resulta del todo agradable. Los rollos esos de "lo importante es participar" o "es bueno ser regular" no son más que patrañas para minimizar el dolor de la derrota. Discursos de losers que pronto se olvidan cuando se gana. ¿O es que alguna vez hemos escuchado a alguien desde lo alto de un podio decir que lo importante era participar y no ganar? Amos anda.
Bueno, ser el número 2 no está tan mal, ¿no?
¿Y a qué viene todo esto? Pues tal vez fuese porque después de ver cómo se dejaban la piel en la pista los cuatro jugadores, uno podría pensar que allí estaba en juego algo más que la honrilla de ganar un simple partido-pachanga de sábado por la tarde. ¿Acaso había piques? Bueno, no más de los habituales, que ya son más que de sobra conocidos por los ¿lectores? habituales de estas crónicas. Si acaso un cierto ánimo de revancha, ya que eran los mismos de la semana anterior: Martínez vs Renault F1 Team.
El Renault quería vengar la humillación de ser derrotados ante un rivales en clara inferioridad física (uno de ellos medio cojo) y pretendían emplearse a fondo. Desafortunadamente para ellos en los dos primeros sets estuvieron a merced de los Martínez. Ambos sets llegaron con igualdad al 4-4 y ahí los Martínez tiraron de oficio y serenidad para hacer el break de rigor, llevarse el set y dejar con (más) cara de tontos a Javier y Alberto.
Por si esto fuera poco, Jesús comenzó el partido con molestias (una vez más) ya que le estaba saliendo una de las muelas del juicio (supongo que porque carece de él). Su compañero Carmelo no estuvo durante el encuentro tan solvente como en jornadas anteriores. En el otro lado, Javier continuó su actuación lloronsa de la semana anterior mientras Alberto siguió creciendo en su juego. Se nota que jugar dos partidos por semana le está beneficiando, y mejora su repertorio de golpes, sobre todo con el saque.
El tercer set parecía más de lo mismo cuando se llegó al 4-4. La diferencia es que Carmelo estaba ya demasiado cansado y a Jesús el dolor de la boca se le subía a la cabeza, proporcionando jugadas inverosímiles (para lo bueno y para lo malo). En el otro lado Alberto era el que sostenía a un equipo en el que Javier confía demasiado en un juego que se lee a la legua. Por suerte para ellos aprovecharon el único momento de debilidad de los Martínez para lograr el break y alimentar sus esperanzas.
El dato anecdótico de este set (¿o fue en otro?) fue un violento golpe... ¿violento? no, violentísimo golpe de Javier que iba directo a Marte o tal vez algo más lejos. La mala suerte era que la traquea de Jesús se encontraba en la trayectoria entre la bola y Marte, con el riesgo que conllevaba. Afortunadamente para todos Jesús tiró de reflejos para ¿apartarse? Noooo, para poner la pala e intentar volear el misil, con un par. Tal era la fuerza y velocidad de la bola que simplemente poniendo la pala la bola salió volando por encima de la valla lateral, logrando así Javier un viaje con todos los gastos pagados al aparcamiento.
Comenzaba el cuarto set. El Renault F1 Team tenía esperanzas de remontar. Quedaban tres cuartos de hora y se veían capaces de ganar fácilmente los dos sets restantes ante un rival desconcertado. Pobres ilusos. Carmelo y Jesús trazaron un juego calmado pero agresivo (no padelaccio) y lo llevaron de nuevo hasta su terreno favorito: el 4-4. El problema es que la cabeza ya no respondía al cuerpo y el tema se alargó hasta el 5-5, el 6-6, el 7-7... con juegos de varios deuces y sin romper el saque. Quedaban diez minutos y a lo único que aspiraban era a acabar el set, unos para ganar el partido, otros para empatarlo y endulzar su discurso de derrota (ya se sabe, lo de "hemos empatado", aunque se vayan sin lograr sin ansiada revancha). Fueron juegos agónicos, de puntos largos, cagones, de brazos encogidos. Normalmente el que saca la cabeza, el que arriesga un poco y es atrevido logra esa diferencia que da la victoria. Nadie hizo eso. Y el tema se alargó. Los Martínez lograron un break con 10-10 y parecía hecho, pero Jesús, que había ganado todos sus saques, la cagó miserablemente. La hora y la llegada de los siguientes jugadores desconectaron mentalmente al Renault F1 Team y se dejaron clavar otro break definitivo. No había tiempo para más. El set era para los Martínez.
El Renault F1 Team puede llorar y decir que no se terminó, que estaban a punto de empatar y bla bla bla. Con los números en la mano perdieron, por eso escribo yo esta crónica. Venían a por la revancha y se llevaron otra derrota en el padelero. No pasa nada, este sábado tienen otra oportunidad para resarcirse o hundirse definitivamente en el fango de la dolorosa derrota, una vez más.
FICHA
Los Martínez (Jesús(D) - Carmelo(I)) vencen a Renault F1 Team (Javier Lloronso(D) - Albertinho Piquet(I)) por 6-4/6-4/5-7/12-11
C.T. Coslada, pista 3
Tarde soleada y agradable. Unos 15 grados.