miércoles, 8 de septiembre de 2010

Pádel: ¿deporte para viejos?

Uno de los tópicos más hirientes con el que tiene que lidiar el aficionado al pádel es que se trata de un "deporte para viejos". Vale que triunfa entre la mediana edad, pero también cada vez más jóvenes se enganchan. Vale que no es triatlón ni el Iron Man, pero requiere un poco de esfuerzo por parte del jugador. Coñe, es que un deporte para viejos es la petanca, pero el pádel es un deporte tan exigente como nosotros queramos que lo sea.

Más de una vez he llevado a un novato a jugar al pádel. El tipo, muy confiado, se pega cuatro carreras (y eso que tratamos de jugar sin mucha intensidad) y a la media hora ya está resoplando, aunque luego lo niegue. Eso sí, al día siguiente te reconoce que tiene unas hermosas agujetas en el cuádriceps. Y si tiene un poco de fair play cede y deja de referirse al pádel como "deporte de abuelos".

Hay que reconocer en cualquier caso que el pádel tiene bastantes tiempos muertos, y el hecho de jugar en pareja tampoco ayuda. Además circula por ahí algún jugador de nivel que luce una figura poco edificante para un deportista. Aun así, un buen partido jugado con intensidad durante un par de horitas es una buena paliza física para jóvenes y mayores.

Nosotros, los enfermos del padelaccio decidimos actuar de Cazadores de Mitos, dispuestos a derrumbar eso del "deporte de viejos".

Para ello, nos agenciamos un pulsómetro y decidimos monitorizar las pulsaciones de un jugador durante un partido estándar, concretamente un Miki-Alberto vs Álvaro-Jesús de pretemporada, con Álvaro y Alberto volviendo a jugar tras su poco destacable actuación del último Maratón.
El jugador monitorizado fue Miki Rajao, conocido por su adicción al gimnasio y al deporte en general.

Como veis, se trata de un método muy "científico" y de fiabilidad discutible, pero era lo mejor que podíamos hacer con el material disponible.

Los resultados fueron sorprendentes... pero no los vamos a publicar ahora, sino que esperaremos unos días para crear expectación.

¿Qué creéis que saldrá? ¿Tendremos a Miki al borde de la taquicardia o con menos pulsaciones que Iniesta en un partido?