Las historias épicas se construyen a partir de héroes, sufrimiento, emoción y empresas imposibles, y el partido de ayer cumplió los requisitos con soltura. Lo tuvo todo: un comienzo imprevisto, un desarrollo igualado, pique, tensión, dolor, un punto de inflexión y un desenlace culminante. Sin duda, el mejor partido disputado hasta la fecha desde que este cronista iniciara su andadura en el pádel.
Vayamos por partes. Primero está el comienzo imprevisto. Inicialmente el partido no iba a disputarse con estas parejas, pero la baja de Leo y la de Miki (r*j*o) forzaron la entrada de Javier. A esto hay que añadir que el nuevo integrante iba a jugar con Jesús, pero las ganas de pique mutuo entre David y Álvaro hicieron que La Pareja de Oro (LPO) volviese a poner en juego su cetro de campeones.
Ya desde el calentamiento se vio que los jugadores no iban a dejar escapar ni un punto. Hoy no había lugar para las risas e insultos de otros días: el silencio se podía cortar con un escalpelo. Los cuatro jugadores estaban muy concentrados. No obstante, Álvaro y Javier (Alja) empezaron fuerte, pues a LPO siempre le cuesta entrar en los partidos, y se pusieron con 5-2 y saque. Pero LPO no es un equipo que regale los sets, y éste no iba a ser menos. Empezaron las voleas de David y las bolas profundas de Jesús, y el Alja comenzó a sufrir, con 5-4 y 30-40 para el saque de Álvaro. Sin embargo, el Alja solventó con muchos apuros la situación y se llevó el set por 6-4.
La desventaja despertó más si cabe al león dormido de LPO, que endosaron un parcial de 5-0 en el segundo set con un juego agresivo en la red y dañino desde el fondo de la pista. Sin duda, cuando LPO pone todo su potencial en juego, pocas parejas pueden pararlos. Sin más historia, LPO se llevó el set por 6-1. En este set pasaremos por alto un pequeño incidente con bolas verdes y amarillas, mezcla de marrullería y superstición.
Ya en el tercer set los jugadores empezaron a tomar conciencia de la aventura en la que se habían embarcado. No dieron un punto por perdido, cada bola en la pared era discutida con furia, cada volea era una falta por invasión en potencia, cada saque ajustado siempre estaba más fuera que dentro, y se discutía hasta la forma de pasar las bolas. ¿Qué había en juego para que se produjese esta reacción? Nada salvo el honor, que no es poco, sabedores todos de que el partido de ayer tenía algo especial que marcaría tanto al vencedor como al derrotado.
Fue en este set donde el Alja decidió que debía llevar la iniciativa de los puntos se quería frenar la sangría de puntos. Y lo lograron. Volcaron el juego en David y subieron más a la red. Las voleas de David no eran suficiente y Jesús se mostraba muy impreciso, así pues el Alja se apuntaba el tercer set por 6-2.
El momento clave del partido se acercaba. En el cuarto set los cuatro jugadores mostraron su mejor versión, y la manga se convirtió en una carrera desenfrenada de largos peloteos, breaks continuos y golpes acrobáticos. El Alja seguía volcando el juego en David desde la red con más agresividad si cabe, pero éste se mostraba más fiable tanto en el globo como en la volea, mientras Jesús devolvía bolas imposibles a fuerza de riñones y mareos (esos golpes tras rebote en pared lateral y trasera). Álvaro mostraba cada vez más solidez con su revés mientras Javier (un poco robabolas, todo hay que decirlo) llevaba la iniciativa de su equipo.
En medio de esta explosión de juego se llegó al 4-4, saque de Álvaro. LPO maneja estas situaciones con soltura pero nunca se había enfrentado a una situación de tanta tensión, y algo se notó, pues tenían 30-40 en contra cuando se produjo el momento. Fue entonces cuando Jesús sacó el arma que todavía no había utilizado: la coña. Saca Álvaro, resta Jesús, intercambio de golpes, revés cruzado de Jesús, muy bajo, quizá demasiado, golpea en la red, la bola se queda bailando sobre la cinta, indecisa, temerosa; pasa un segundo, tal vez más, en aquel instante la actividad del CT Coslada se para, se hace el silencio... y la bola cruza la red: deuce. Tras la pertinente disculpa, ataque de risa de Jesús y el Alja que entra en estado de shock. Tan duro es el golpe que pierden el cuarto set por 6-4 y se ven abocados a decidirlo todo en la quinta y definitiva manga.
Si los sets anteriores fueron emocionantes, el siguiente es no apto para cardíacos. Por un lado teníamos al Alja, que había sufrido un duro revés en el cuarto set. Por el otro, LPO empezaba a pagar los excesos: David llevaba con dolores en el hombro desde mediados del cuarto set y Jesús había forzado la máquina con su habitual exceso de rebozamientos. Pero llegados a este punto, es el coco quien dicta las órdenes y el cuerpo, sumiso, obedece como puede.
El Alja, herido en su orgullo fuerza un 2-0 rápido. Jesús pone el 2-1 con solvencia y Álvaro saca para el 3-1. Pero nuevamente, la calidad para unos y la coña para otros nivela el encuentro. Cinco bolas profundas de Jesús (de las que dan en el borde) desquician a Javier, y David volea lo involeable. El Alja comenzaba a exhibir pequeñas grietas en su, hasta ese momento, sólido juego. El set discurrió igualado hasta un nuevo 4-4, con saque para Javier. Llegados a este punto, la tensión y la presión agarrotaban los brazos de los contendientes: ganaría el que menos fallara. Y el que menos falló fue LPO, que en largos, imprecisos y cagones peloteos forzó los fallos del Alja, y se llevó la manga y así el partido por 6-4.
Esta vez las felicitaciones fueron más sinceras que nunca. No había lugar para danzas ni chorradas de ningún tipo: había sido el partido más emocionante e igualado hasta la fecha, y sobraban las palabras, las miradas de los jugadores lo decían todo: estaban orgullosos de haber sido parte de esta gran historia.
FICHA
David Risto "La Bestia" Federer Sparrow (D)-Jesús "Der Kaiser" (I) ganan a Álvaro "Makoki"(D)-Javier "El Ambientólogo"(I) por 4-6/6-1/2-6/6-4/6-4
C.T. Coslada, pista 3.
Sin espectadores (las mejores historias son a veces anónimas)
Tarde espléndida sin una pizca de viento, unos 15 grados.