Una de las primeras preguntas que surgen cuando uno empieza en esto del pádel (la primera es saber cuándo demonios un saque es bueno o malo) es saber si se puede jugar al pádel con pelotas de tenis, si las bolas de pádel realmente son diferentes o son un malvado invento de la mafia de fabricantes, monitores y clubes de pádel para sacarnos los cuartos.
Para el ojo no entrenado puede parecer que son idénticas: misma forma, tamaño, color, textura, olor y hasta diría que sabor pero las únicas bolas que me he comido han sido durante los partidos y nunca literalmente.
Antes de nada hay que hacer una pequeña aclaración: en todo momento estamos hablando de pelotas presurizadas. ¿Qué es eso? Son las pelotas que viene en botes envasadas al vacío con una presión superior a la atmosférica y por tanto más duras. Las bolas presurizadas, una vez sacadas de su envase tienden a igualar su presión con la del medio que le rodea (esto es, con la presión atmosférica), de ahí que a medida que vamos jugando las notemos más "blandas" y pesadas. Es una simple cuestión de Física: pierden presión y con ello viveza y rebote.
Las pelotas no presurizadas las podemos comprar en cajones. Su proceso de fabricación es distinto y su comportamiento no varía con el tiempo. Son ideales para uso intensivo, como puede ser en entrenamientos, donde resulta más caro consumir grandes cantidades de botes de bolas presurizados.
Pero bueno, vayamos a la cuestión que nos atañe. Como queremos salir de dudas lo mejor es ir directamente al reglamento y jugar a las siete diferencias.
PELOTAS DE TENIS
El reglamento del tenis en su Apéndice I [1], especifica las medidas que deben tener las pelotas reglamentarias (tomando como referencia la de tipo medio):
- Peso: 56,0-59,4 g
- Tamaño (diámetro): 6,54-6,86 cm
- Rebote: 135-147 cm
- Presión: 12 psi (libras por pulgada cuadrada) sobre la presión atmosférica, en total aproximadamente 1,81 atmósferas.
PELOTAS DE PÁDEL
Por su parte el reglamento del pádel [2] también dedica un apartado a explayarse sobre las pelotas adecuadas para jugar:
- Peso: 56,0-59,4 gramos
- Tamaño (diámetro): 6,35-6,77 cm
- Rebote: 135-145 cm
- Presión: 4,6 Kg y 5,2 Kg por pulgada cuadrada (2,54 cm), entre 10,12 y 11,44 psi sobre la presión atmosférica, o lo que es lo mismo, entre 1,71 y 1,80 atmósferas en total.
La siguiente infografía resume un poco las principales características de los dos tipos de pelotas.
(hacer clic para ampliar)
Analizando el galimatías de cifras observamos que la única diferencia ligeramente sustancial es la presión: las pelotas de pádel tienen menos presión que las de tenis. Dado que en el resto de características son casi idénticas a las de tenis, esto provoca que "salgan" menos, cosa por otro lado lógica dadas las reducidas dimensiones de la pista de pádel y la manera de jugar.
No obstante, el bote de la bola viene determinado por parámetros externos como el calor o la altitud, y como hemos indicado antes, a medida que vamos jugando la bola pierde presión y tiende a igualarse con la del entorno por lo que al final son tantos los condicionantes que es complicado distinguir unas bolas de otras salvo que estén recién abiertas.
Obviamente la postura oficial de este blog es la de jugar con bolas de pádel homologadas, que para eso están y ya no existe diferencia de precios entre unas y otras. Pero si no hay más que pelotas de tenis disponibles no pasa nada, se puede jugar perfectamente con ellas y no se notará la diferencia salvo por jugadores muy profesionales.
Si alguien os pone una pega por jugar con bolas de tenis, preguntadle dónde reside la diferencia, a ver si sabe contestar. En esto de las bolas hay mucho enteradillo, como todos esos que se echan pepino y hojas de té en el gin-tonic sin tener ni idea de por qué, sólo porque es la moda.
FUENTES
[1] Reglamento del tenis (actualizado a 2013)
[2] Reglamento del pádel (actualizado a 2010)