jueves, 26 de enero de 2017

La presión de las pelotas de pádel

Esta entrada revitalizadora del blog viene por una pregunta lanzada en los comentarios de la entrada “Pelotas de pádel vs pelotas de tenis” sobre la diferencia entre las pelotas que se venden en botes y las que se venden a granel. Me pareció un tema suficientemente interesante como para darle más visibilidad con una entrada.

Las pelotas que se venden en envases se encuentran presurizadas, normalmente a una presión interna de 2 atmósferas (la presión atmosférica a nivel del mar es de 1 atmósfera) rellenas de gas. El envase está cerrado herméticamente y su interior está a esa misma presión de dos atmósferas para mantener la presión interna de las pelotas, de ahí ese ruido tan satisfactorio que se escucha cuando se abre un bote de bolas.

Estas pelotas se fabrican con dos mitades de goma que se juntan a gran temperatura mediante un proceso de vulcanización. La goma y la elevada presión interna son las que hacen que la pelota bote. Sin embargo, el sellado entre las dos mitades de la pelota no es 100% perfecto y con el tiempo y el desgaste propio del juego, el gas interno presurizado (suele ser nitrógeno) se van “escapando” poco a poco y la presión interna tiende a igualarse con el tiempo. Es por ese motivo que las bolas cada vez botan menos y pasado un tiempo tengamos que reemplazarlas.


Hay otros motivos que se suman al desgaste por el uso y haga que jugar con las pelotas sea cada vez más incómodo: la capa de fieltro exterior (normalmente amarilla) se deshilacha y se vuelve irregular, afectando al bote, la pelota se puede ir deformando por los golpes y, en el peor de los casos, perder suficiente presión como para dejar de botar (basta apretarlas con la mano para darse cuenta).

En competiciones oficiales de tenis y pádel, las pelotas se cambian cada nueve juegos para garantizar que en todo momento se utilizan pelotas en óptimas condiciones.
Para nosotros, los menos profesionales, la cosa va según el gusto y las sensaciones de cada uno. En el momento en que se abra el bote las pelotas ya irán perdiendo presión poco a poco y cuanto más partidos juguemos con ellas, mayor desgaste sufrirán. A lo mejor jugando cinco partidos en dos semanas es suficiente para cambiar el bote y en otros casos unas bolas casi nuevas en un bote abierto guardado en el fondo del paletero durante un mes y medio pueden haber perdido presión suficiente como para optar por buscar unas nuevas.

Las pelotas que se venden a granel sin bote no están presurizadas. Su presión interna es la misma que la del exterior, así que para conseguir un bote similar al de las pelotas presurizadas, la goma es más dura. Como en este caso no hay pérdida de presión, el desgaste es menor y su vida útil es mayor (varios meses). No obstante para el juego resultan más incómodas (son más duras) sobre todo para jugadores habituados a las otras pelotas y con un cierto nivel de juego. Es por este motivo que estas pelotas se usan en entrenamientos o por jugadores de iniciación.

En el mercado existen diversos aparatos presurizadores para mantener las pelotas guardadas a presión y así alargar la vida útil de las bolas. ¿Funcionan? Sí pero no van a lograr que dejemos de comprar botes de bolas. Mientras las pelotas estén guardadas en esos botes la pérdida de presión será mínima, pero en cuanto juguemos con ellas sufrirán el desgaste habitual por jugar con ellas; lo que sí conseguimos es que las pelotas estén la mayor parte del tiempo a una presión similar a su presión interna. ¿Se gana mucho con ellas? Yo no tengo un aparatos de esos pero sí he jugado con bolas guardadas en ellos y se nota la diferencia. Quienes lo usan (Miki puede dar fe) dicen que aproximadamente duplica la vida útil de las pelotas.
El rango de precios y la sofisticación de estos aparatos va desde los 20 hasta los 40 euros aproximadamente, lo que vendría a ser el precio de unos 5 a 10 botes de bolas más o menos. 

Modelo sofisticado con manómetro

Modelo "termo" más básico pero igualmente efectivo
Según la frecuencia con la que juguéis y vuestro consumo de botes de bolas es sin duda una opción a considerar y que se podría amortizar en menos de un año con un uso habitual.

Para finalizar, un resumen con las enseñanzas relativas a las pelotas de pádel y su uso:

  • La típica frase de "estas bolas solo tienen un partido" no vale de nada si esas bolas llevan abiertas dos meses. Es mejor en ese caso unas con tres partidos abiertas hace una semana por ejemplo.
  • Del mismo modo, no seamos ratas y estemos seis meses jugando con el mismo bote: ahí un bote nuevo sí que marca la diferencia.
  • Los botes de bolas no están envasados al vacío sino presurizados, por eso hacen el mismo ruido al abrirse que las latas de refresco: por el gas.
  • Los presurizadores funcionan pero para que realmente merezcan la pena, hay que jugar con cierta frecuencia. Se notará la diferencia.