Primer partido serio del año, casi un mes después de iniciarlo. Ha sido complicado completar una convocatoria, debido a diversos motivos que no vienen al caso. Así pues, los cuatro jugadores hoy en la pista se encontraban con ganas enormes de pádel. El partido ha rebosado emoción y tensión por todos lados, dejando buen sabor de bocas en los aficionados (¿?) y padelistas.
En un lado de la pista, una pareja ya conjuntada pero que hacía mucho que no jugaban: Miki y Álvaro. En el otro, una pareja ya consolidada: Alberto y Jesús. Un partido a priori igualado, aunque la larga inactividad de algunos jugadores suponía una factor a considerar.
El primer set fue el fiel reflejo de la falta de partidos. La igualdad se mantenía a base de errores no forzados, los peloteos eran breves y los jugadores parecían apocados, temerosos de soltar el brazo, de fallar (¡y acababa de empezar el partido!). Los breaks estaban a la orden del día, por lo que perder el saque no era en ningún caso definitivo. Los jugadores lanzaban golpes que parecían poner a prueba la capacidad de las paredes de aguantar pedradas; tres cuartos de lo mismo sucedía con la cinta de la red y la valla. ¿Acaso era imposible ver un punto decente? En un juego que fue la antología del despropósito, dilucidado en un interminable deuce -preludio de lo que iba a ser el resto del partido-, el AlJe lograba un break clave al saque de Miki, poniéndose con 6-5. Jesús se mostró sólido por una vez con su saque y el AlJe se llevaba el primer set por 7-5.
El segundo set parecía ser más de lo mismo hasta que Miki dijo basta. Confiado en su pala Dunlop Nosequé, comenzó a llevar la iniciativa y a robar bolas a su compañero Álvaro (esto en mi pueblo se llama robabolas). Así el AlMi lograba puntos sencillos con su saque, mientras que el AlJe sufría lo indecible para aguantar su saque: todos sus juegos con al menos tres deuces. La tendencia estaba clara y era sólo cuestión de tiempo que el AlMi lograra un break definitivo. El saque de Alberto fue mancillado, el AlMi lo confirmaba y se ponía 5-3 arriba. Pese a una reacción de última hora, un nuevo break dejaba el 6-4 para el AlMi. Partido empatado.
A partir del tercer set comenzó a verse el mejor pádel, tal vez no excesivamente técnico, pero sí muy emocionante y disputado. La dinámica de roturas era la del primer set, pero ahora cada juego era una lucha titánica con largos peloteos en la red, donde Jesús tomaba ventaja y Alberto lo complementaba con su ya clásica volea-pandereta. Desde el fondo de la pista, el AlMi respondía con globos capellistas, drives de Álvaro o passings a la media vuelta de Miki. Igualadísimo discurría el set hasta el 5-5. Miki conserva su saque con facilidad y Jesús caga enormemente el suyo, prácticamente regalando el servicio y el set. 7-5 para el AlMi.
Con la ventaja moral de estar arriba en el partido, el AlMi juega con contundencia y poderío, ganando fácilmente los juegos. Logran una ventaja casi definitiva al ponerse 5-2, con saque para Alberto. En este momento crítico del partido, Jesús intenta inyectar moral a su compañero, que llevaba unos juegos ido del encuentro.
Miki se duele sin dolor pero con miedo ante un extraño hueco que le ha aparecido en la pierna. No le duele, puede correr, hacer desplazamientos laterales... pero tiene un hueco. ¡Rápido! Un cardio, un electro, antibióticos de amplio espectro, un TAC y una punción lumbar. Este hecho sacó a Miki del partido, más pendiente de su pierna, mientras Álvaro intentaba hacerle ver que no era nada. Esfuerzo inútil. El AlJe gana el juego siguiente con facilidad y el set por 7-5. Partido empatado.
Quinto set. Apenas unos minutos para llegar a las dos horas. No viene nadie. ¿Qué hacemos? Pues seguir jugando. Álvaro y los errores del AlJe (probablemente pensaron que su remontada se acababa ahí) mantenían el partido igualado (2-2) mientras Miki seguía con sus tribulaciones. Decidió en ese momento entrar al partido y la cosa es que se notó. Break al saque de Jesús y 5-3 en el marcador. Por si fuera poco, en una mierda-volea Jesús se golpea la rodilla derecha con la pala. Igual que Miki con la diferencia de que no hay hueco pero sí dolor. Ligero cojeo. Otra vez el AlJe a remolque y con todo en contra. Nueva conjura y de nuevo otro intento de remontada. Los juegos se alargan hasta el infinito, hace tiempo que se superaron las dos horas. Son casi las 19:10h y Álvaro se dispone a sacar. Por increíble que parezca, el AlJe se encuentra en su salsa, y el AlMi tiembla como si pensaran que esto ya lo habían vivido. Logran un break sencillo y lo confirman con el saque de Alberto. 5-5, ¿otra remontada?
No, esta vez el AlMi no va a dejarse doblegar de manera tan sencilla. Comienza a volcar su juego ante un Alberto crecidísimo y muy metido (¡por fin!) en el partido. Esto permite a Jesús recuperar un poco su dolorida pierna, pero al menos su brazo está fino y preparado para los momentos decisivos. Los siguientes juegos no son más que una extenuante demostración de sufrimiento e igualdad. 7-7. Son casi las 19:20h y Miki tiene que sacar. Sabedores los cuatro de lo que había en juego se ven puntos de una entrega y derroche físico inimaginables en cuatro tíos que llevaban más de dos horas corriendo como locos. Del mismo modo, Alberto se juega voleas y Jesús saca ángulos no esperados a estas alturas del partido, donde el miedo agarrota al brazo más experimentado. De esta forma logran romper el saque de Miki y poner un 8-7 que parece casi definitivo.
Justo cuando Jesús sacaba para finiquitar el partido, con 40-15, llega el encargado para soltar una obviedad: llevábamos jugando 20 minutos de más. En una demostración de fair play nunca vista en esta pista (recordemos que otras veces hemos acabado a pelotazos, literalmente), el AlMi reconoce su derrota, extenuados y doloridos, como sus contrincantes. Ante estos ejemplos de deportividad y compañerismo, cualquier cosa que se diga está de más, por lo que sólo pido un aplauso sincero para Álvaro y Miki, que han contribuido a hacer un poco más grande el pádel (aunque sea a tan bajo nivel como el nuestro).
Ah, y fuentes médicas consultadas por este cronista (concretamente el Dr. G.H.) aseguran que el paciente Miki Rajao NO tiene lupus.
FICHA
Los Remontadores (Alberto (D) - Jesús (I)) vencen a Los Hipocondríacos (Álvaro (D) - Miki (I)) por 7-5/4-6/5-7/7-5/8-7 (con 40-15 y saque de Jesús, Álvaro y Miki dan deportivamente la victoria)
C.T. Coslada, pista 1.
El único espectador llegó a las 19,20h para finiquitar el partido.
Tarde agradable al sol (17 grados), más fresquita en cuanto llegó la noche.
En un lado de la pista, una pareja ya conjuntada pero que hacía mucho que no jugaban: Miki y Álvaro. En el otro, una pareja ya consolidada: Alberto y Jesús. Un partido a priori igualado, aunque la larga inactividad de algunos jugadores suponía una factor a considerar.
El primer set fue el fiel reflejo de la falta de partidos. La igualdad se mantenía a base de errores no forzados, los peloteos eran breves y los jugadores parecían apocados, temerosos de soltar el brazo, de fallar (¡y acababa de empezar el partido!). Los breaks estaban a la orden del día, por lo que perder el saque no era en ningún caso definitivo. Los jugadores lanzaban golpes que parecían poner a prueba la capacidad de las paredes de aguantar pedradas; tres cuartos de lo mismo sucedía con la cinta de la red y la valla. ¿Acaso era imposible ver un punto decente? En un juego que fue la antología del despropósito, dilucidado en un interminable deuce -preludio de lo que iba a ser el resto del partido-, el AlJe lograba un break clave al saque de Miki, poniéndose con 6-5. Jesús se mostró sólido por una vez con su saque y el AlJe se llevaba el primer set por 7-5.
El segundo set parecía ser más de lo mismo hasta que Miki dijo basta. Confiado en su pala Dunlop Nosequé, comenzó a llevar la iniciativa y a robar bolas a su compañero Álvaro (esto en mi pueblo se llama robabolas). Así el AlMi lograba puntos sencillos con su saque, mientras que el AlJe sufría lo indecible para aguantar su saque: todos sus juegos con al menos tres deuces. La tendencia estaba clara y era sólo cuestión de tiempo que el AlMi lograra un break definitivo. El saque de Alberto fue mancillado, el AlMi lo confirmaba y se ponía 5-3 arriba. Pese a una reacción de última hora, un nuevo break dejaba el 6-4 para el AlMi. Partido empatado.
A partir del tercer set comenzó a verse el mejor pádel, tal vez no excesivamente técnico, pero sí muy emocionante y disputado. La dinámica de roturas era la del primer set, pero ahora cada juego era una lucha titánica con largos peloteos en la red, donde Jesús tomaba ventaja y Alberto lo complementaba con su ya clásica volea-pandereta. Desde el fondo de la pista, el AlMi respondía con globos capellistas, drives de Álvaro o passings a la media vuelta de Miki. Igualadísimo discurría el set hasta el 5-5. Miki conserva su saque con facilidad y Jesús caga enormemente el suyo, prácticamente regalando el servicio y el set. 7-5 para el AlMi.
Con la ventaja moral de estar arriba en el partido, el AlMi juega con contundencia y poderío, ganando fácilmente los juegos. Logran una ventaja casi definitiva al ponerse 5-2, con saque para Alberto. En este momento crítico del partido, Jesús intenta inyectar moral a su compañero, que llevaba unos juegos ido del encuentro.
J- ¡Venga tío! Ayer remontamos un 5-2 y terminamos ganando el partido.Probablemente fuese ese cómico paréntesis en un momento trágico (deportivamente hablando), lo que supuso un punto de inflexión, el inicio de la remontada que da título a esta crónica. Alberto ganó su saque con facilidad, 5-3. Tocaba romperle el servicio a Miki y el tipo (y Álvaro) no lo puso fácil. En un juego memorable, con peloteos en la red de los cuatro jugadores, voleas y dejadas de medio metro, globos imposible y miedo, mucho miedo, se llegaba al deuce. Las espadas en todo lo alto, pero el empuje del AlJe introduce la duda en el AlMi, que ya no se juega golpes ganadores de la misma manera que en los sets anteriores. Los globos dejaban a los passings de lado, los drives ya no eran profundos y se quedaban a media pista. En el otro lado, el AlJe jugaba a tumba abierta, con la mentalidad del que ya lo tiene (casi) todo perdido. Y lo consiguen. Rompen el saque de Miki y se ponen 5-4. El juego siguiente es casi tan agónico como el anterior, pero el AlJe logra empatar el set, 5-5. Álvaro perpetra un timorato juego con su saque y deja al AlJe ponerse con 30-40. Un saque bueno, pero un resto aún mejor deja la bola expedita para una volea profunda y cortada de Jesús, 6-5. Miki golpea a la bola perdida con rabia ante la oportunidad perdida, con tan mala suerte que se golpea en la rodilla de la pierna ¿izquierda?
A- ¿Remontamos ayer un 5-2?
(descojone al otro lado de la pista)
Miki se duele sin dolor pero con miedo ante un extraño hueco que le ha aparecido en la pierna. No le duele, puede correr, hacer desplazamientos laterales... pero tiene un hueco. ¡Rápido! Un cardio, un electro, antibióticos de amplio espectro, un TAC y una punción lumbar. Este hecho sacó a Miki del partido, más pendiente de su pierna, mientras Álvaro intentaba hacerle ver que no era nada. Esfuerzo inútil. El AlJe gana el juego siguiente con facilidad y el set por 7-5. Partido empatado.
Quinto set. Apenas unos minutos para llegar a las dos horas. No viene nadie. ¿Qué hacemos? Pues seguir jugando. Álvaro y los errores del AlJe (probablemente pensaron que su remontada se acababa ahí) mantenían el partido igualado (2-2) mientras Miki seguía con sus tribulaciones. Decidió en ese momento entrar al partido y la cosa es que se notó. Break al saque de Jesús y 5-3 en el marcador. Por si fuera poco, en una mierda-volea Jesús se golpea la rodilla derecha con la pala. Igual que Miki con la diferencia de que no hay hueco pero sí dolor. Ligero cojeo. Otra vez el AlJe a remolque y con todo en contra. Nueva conjura y de nuevo otro intento de remontada. Los juegos se alargan hasta el infinito, hace tiempo que se superaron las dos horas. Son casi las 19:10h y Álvaro se dispone a sacar. Por increíble que parezca, el AlJe se encuentra en su salsa, y el AlMi tiembla como si pensaran que esto ya lo habían vivido. Logran un break sencillo y lo confirman con el saque de Alberto. 5-5, ¿otra remontada?
No, esta vez el AlMi no va a dejarse doblegar de manera tan sencilla. Comienza a volcar su juego ante un Alberto crecidísimo y muy metido (¡por fin!) en el partido. Esto permite a Jesús recuperar un poco su dolorida pierna, pero al menos su brazo está fino y preparado para los momentos decisivos. Los siguientes juegos no son más que una extenuante demostración de sufrimiento e igualdad. 7-7. Son casi las 19:20h y Miki tiene que sacar. Sabedores los cuatro de lo que había en juego se ven puntos de una entrega y derroche físico inimaginables en cuatro tíos que llevaban más de dos horas corriendo como locos. Del mismo modo, Alberto se juega voleas y Jesús saca ángulos no esperados a estas alturas del partido, donde el miedo agarrota al brazo más experimentado. De esta forma logran romper el saque de Miki y poner un 8-7 que parece casi definitivo.
Justo cuando Jesús sacaba para finiquitar el partido, con 40-15, llega el encargado para soltar una obviedad: llevábamos jugando 20 minutos de más. En una demostración de fair play nunca vista en esta pista (recordemos que otras veces hemos acabado a pelotazos, literalmente), el AlMi reconoce su derrota, extenuados y doloridos, como sus contrincantes. Ante estos ejemplos de deportividad y compañerismo, cualquier cosa que se diga está de más, por lo que sólo pido un aplauso sincero para Álvaro y Miki, que han contribuido a hacer un poco más grande el pádel (aunque sea a tan bajo nivel como el nuestro).
Ah, y fuentes médicas consultadas por este cronista (concretamente el Dr. G.H.) aseguran que el paciente Miki Rajao NO tiene lupus.
FICHA
Los Remontadores (Alberto (D) - Jesús (I)) vencen a Los Hipocondríacos (Álvaro (D) - Miki (I)) por 7-5/4-6/5-7/7-5/8-7 (con 40-15 y saque de Jesús, Álvaro y Miki dan deportivamente la victoria)
C.T. Coslada, pista 1.
El único espectador llegó a las 19,20h para finiquitar el partido.
Tarde agradable al sol (17 grados), más fresquita en cuanto llegó la noche.
¡Qué relato tan divertido y vibrante! Después de un esfuerzo tan prolongado, acudir a fisioterapia puede ser clave para mantener el cuerpo en condiciones óptimas y evitar lesiones recurrentes.
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