viernes, 11 de agosto de 2017

Los niveles de pádel: sobredimensionamiento

Hoy toca hablar de los niveles de pádel, que como la banda salarial en las empresas es desconocido, o mejor dicho, es lo que conoce todo el mundo pero cada uno se pone lo que le sale del pijo.

Veamos, según la federación madrileña de pádel, la clasificación de los niveles de pádel va desde el cero (wtf is padel?), hasta el 7 (fucking master). De entre las páginas donde podemos encontrar información a cerca de ello, la verdad es que me quedo con una que me parece fácil y sencilla de entender. Mentira podrida, es la primera página que sale cuando lo meto en google. De todos modos lo explica bien y os servirá de guía. Picad en el siguiente enlace.

Si nos vamos fuera de la Comunidad de Madrid, ya se habla de categorías, como por ejemplo en Extremadura y en Andalucía. Tenemos desde cuarta hasta primera, siendo esta última donde se supone se encuentran los jugones.

Bajo mi punto de vista, también a lo mejor influenciado porque siempre he estado jugando con el sistema de 7 niveles, considero que un mayor abanico apura con más certeza al nivel que uno pueda tener. Dividir 100 entre 4, hace que por ejemplo en primera pueda meterse con un poco de suerte un "yo", teniendo en cuenta que cuando he jugado en aquel sitio me buscan partidos de segunda, y puedes ver unos mejores y otros peores.

Ya está explicada la teoría. Ahora vamos a lo real, que es cuando la gente se tiene que auto asignar un nivel. Antes de que existiera, por ejemplo en Madrid, Pista3, teníamos foro pádel. Ésta última ya ha quedado un poco en desuso, se mueve menos que los ojos de espinete o que Michael Jackson  dando un concierto (ahora). 

Cuando empezó este sistema, la gente se valoraba en principio con objetividad, y luego los rivales ya se encargaban de bajarle los humos, o por el contrario de subirlos porque a lo mejor fue demasiado cauto al hacerlo.

Sin embargo, ya existe un amiguismo que no es bueno para los partidos, porque me suelo encontrar con gente un nivel que se indica en su ficha, que ni por asomo se aproxima a lo que debería ser el real.

¿A qué lleva esto? A partidos menos intensos de lo que esperas, ver compañeros que no coordinan, etc. Pero...¿y qué haces entonces? Os comento mi caso. Siempre parto de la base que la persona sea agradable, porque si no lo es, directamente ni le aporto una votación. Siendo ese caso, y veo que el nivel ofrecido está por debajo del esperado, intento dejarlo igual, o lo más ligeramente inferior, creo que es lo más justo. Si por el contrario pasa lo contrario, la persona tiene un nivel superior a lo indicado, intento subirlo, se lo merece y eso hace que pueda optar a jugar partidos de mayor nivel.

Pero éste es mi caso, no puedo hablar de otras personas que siguen manteniendo con el tiempo un nivel que no les corresponde. Esto hace que se desvirtúe el sistema competitivo. Para más información, una persona me puso un día un 4,7, que no llego a eso ni de coña, y le tuve que pedir en el siguiente partido a una compañera que me pusiera menor votación para que me bajara la media, caso contrario no estaría siendo justo con el sistema. 

Lo importante siempre es mejorar y hacer que salgan partidos buenos, no en vano jugamos con tres personas más que no están para perder el tiempo ni el dinero.  


Cómo nos vemos jugando al pádel


La puta realidad


lunes, 24 de abril de 2017

Sacando en paralelo

Esta entrada surge como respuesta a una duda sobre un punto del reglamento que no siempre queda claro: el saque.

Un usuario anónimo nos ha hecho llegar una pregunta en la ya mítica entrada "Dejando las cosas claras en el saque".
Hola buenas tardes.
Gran blog de pádel. Quisiera saber si puedo botar la bola por delante de la línea de saque antes de golpearla. Muchas gracias.
La respuesta rápida es NO: el reglamento de pádel (regla 6b) especifica claramente que la pelota deberá ser botada en el recuadro de saque y si no se considerará falta de servicio (regla 7a).

Pero como aquí no hacemos entradas sin apenas contenido, vamos a ir un poco más allá, para despejar cualquier tipo de duda.

¿Qué es el recuadro de saque?
El recuadro de saque, según el lado en el que debamos sacar, es la zona de la pista delimitada por la línea de saque, la prolongación imaginaria de la línea central y las paredes (lateral y trasera).

Como una imagen siempre vale más que mil palabras, ahí va la imagen. La cutre flecha muestra hacia qué recuadro de recepción se puede sacar desde el recuadro de saque de cada lado.


Vale, boto la pelota correctamente pero... ¿puedo golpear a la pelota fuera del recuadro de saque?
Esa pregunta es casi mejor que la anterior. Obviamente se refiere al momento en que se efectúa el golpeo de la bola. Supongamos que botamos la pelota con un ligero desplazamiento y en el momento del impacto se encuentra que ha sobrepasado la vertical de la línea de saque o incluso la línea central (el saque en paralelo al que luego le prestaré más detalle).

Pues bien: esto es ABSOLUTAMENTE CORRECTO. El reglamento no especifica cómo debemos hacer botar la pelota en el saque; solo nos exige que el golpeo se realice por debajo de la cintura y con los pies dentro del recuadro de saque. Todo lo demás corre por nuestra cuenta.

Es más, el reglamento indica que basta con tener un pie sobre el suelo (dentro del recuadro de saque) en el momento del impacto. Este hecho lo aprovechan muchos jugadores para sacar "en movimiento" aprovechando la inercia de su cuerpo e imprimir más velocidad a la bola que sacando directamente de parado con los dos pies sobre el suelo.

Esta posibilidad gana más importancia si cabe cuando se juega a la australiana, ya que en uno de los lados el jugador debe recorrer más pista para ir a cubrir el hueco del resto y aprovechar esta inercia puede resultar útil.
También puede ser valioso el saque en paralelo cuando se juega a la australiana: golpear en movimiento con el punto de impacto más allá de la prolongación de la línea central, ya que nos permite hacer más fácilmente un "saque a la T" o línea central del otro lado.

Para ilustrarlo recuperaré a nuestros queridos protagonistas de la no menos mítica entrada "Jugar a la australiana": Chuck, Leónidas, Gustavo y Triki.

Aquí la pelota amarilla marca el punto donde Leónidas impacta a la bola de manera correcta: la ha botado dentro de su recuadro de saque, pero dirige el bote de manera que pasa por encima de la línea de saque y la central para a continuación golpearla por debajo de la cintura y con al menos un pie tocando el suelo (y dentro del recuadro de saque). Todo en orden.


Las líneas azules muestran dos posibles saques de Leónidas: aprovechando el punto de impacto a la pelota, le resulta más sencillo jugar el saque paralelo que golpeando dentro de su recuadro, y también será más difícil de restar para Gustavo, porque incluso la pelota podría ir alejándose de su recuadro de recepción, más hacia Triki.
Por supuesto el clásico saque cruzado también es otra opción, aunque la cutrez del dibujo sugiera que podría golpear a Chuck, algo que Leónidas sabe que no le conviene hacer en absoluto.

Huelga decir que ambos saques serían MÁS QUE CORRECTOS.

Espero que este rollo y los cutres dibujos hayan aclarado alguna que otra duda, y que aprovechéis la ventaja del bote para exprimir al máximo las posibilidades de vuestros saques.

jueves, 26 de enero de 2017

La presión de las pelotas de pádel

Esta entrada revitalizadora del blog viene por una pregunta lanzada en los comentarios de la entrada “Pelotas de pádel vs pelotas de tenis” sobre la diferencia entre las pelotas que se venden en botes y las que se venden a granel. Me pareció un tema suficientemente interesante como para darle más visibilidad con una entrada.

Las pelotas que se venden en envases se encuentran presurizadas, normalmente a una presión interna de 2 atmósferas (la presión atmosférica a nivel del mar es de 1 atmósfera) rellenas de gas. El envase está cerrado herméticamente y su interior está a esa misma presión de dos atmósferas para mantener la presión interna de las pelotas, de ahí ese ruido tan satisfactorio que se escucha cuando se abre un bote de bolas.

Estas pelotas se fabrican con dos mitades de goma que se juntan a gran temperatura mediante un proceso de vulcanización. La goma y la elevada presión interna son las que hacen que la pelota bote. Sin embargo, el sellado entre las dos mitades de la pelota no es 100% perfecto y con el tiempo y el desgaste propio del juego, el gas interno presurizado (suele ser nitrógeno) se van “escapando” poco a poco y la presión interna tiende a igualarse con el tiempo. Es por ese motivo que las bolas cada vez botan menos y pasado un tiempo tengamos que reemplazarlas.


Hay otros motivos que se suman al desgaste por el uso y haga que jugar con las pelotas sea cada vez más incómodo: la capa de fieltro exterior (normalmente amarilla) se deshilacha y se vuelve irregular, afectando al bote, la pelota se puede ir deformando por los golpes y, en el peor de los casos, perder suficiente presión como para dejar de botar (basta apretarlas con la mano para darse cuenta).

En competiciones oficiales de tenis y pádel, las pelotas se cambian cada nueve juegos para garantizar que en todo momento se utilizan pelotas en óptimas condiciones.
Para nosotros, los menos profesionales, la cosa va según el gusto y las sensaciones de cada uno. En el momento en que se abra el bote las pelotas ya irán perdiendo presión poco a poco y cuanto más partidos juguemos con ellas, mayor desgaste sufrirán. A lo mejor jugando cinco partidos en dos semanas es suficiente para cambiar el bote y en otros casos unas bolas casi nuevas en un bote abierto guardado en el fondo del paletero durante un mes y medio pueden haber perdido presión suficiente como para optar por buscar unas nuevas.

Las pelotas que se venden a granel sin bote no están presurizadas. Su presión interna es la misma que la del exterior, así que para conseguir un bote similar al de las pelotas presurizadas, la goma es más dura. Como en este caso no hay pérdida de presión, el desgaste es menor y su vida útil es mayor (varios meses). No obstante para el juego resultan más incómodas (son más duras) sobre todo para jugadores habituados a las otras pelotas y con un cierto nivel de juego. Es por este motivo que estas pelotas se usan en entrenamientos o por jugadores de iniciación.

En el mercado existen diversos aparatos presurizadores para mantener las pelotas guardadas a presión y así alargar la vida útil de las bolas. ¿Funcionan? Sí pero no van a lograr que dejemos de comprar botes de bolas. Mientras las pelotas estén guardadas en esos botes la pérdida de presión será mínima, pero en cuanto juguemos con ellas sufrirán el desgaste habitual por jugar con ellas; lo que sí conseguimos es que las pelotas estén la mayor parte del tiempo a una presión similar a su presión interna. ¿Se gana mucho con ellas? Yo no tengo un aparatos de esos pero sí he jugado con bolas guardadas en ellos y se nota la diferencia. Quienes lo usan (Miki puede dar fe) dicen que aproximadamente duplica la vida útil de las pelotas.
El rango de precios y la sofisticación de estos aparatos va desde los 20 hasta los 40 euros aproximadamente, lo que vendría a ser el precio de unos 5 a 10 botes de bolas más o menos. 

Modelo sofisticado con manómetro

Modelo "termo" más básico pero igualmente efectivo
Según la frecuencia con la que juguéis y vuestro consumo de botes de bolas es sin duda una opción a considerar y que se podría amortizar en menos de un año con un uso habitual.

Para finalizar, un resumen con las enseñanzas relativas a las pelotas de pádel y su uso:

  • La típica frase de "estas bolas solo tienen un partido" no vale de nada si esas bolas llevan abiertas dos meses. Es mejor en ese caso unas con tres partidos abiertas hace una semana por ejemplo.
  • Del mismo modo, no seamos ratas y estemos seis meses jugando con el mismo bote: ahí un bote nuevo sí que marca la diferencia.
  • Los botes de bolas no están envasados al vacío sino presurizados, por eso hacen el mismo ruido al abrirse que las latas de refresco: por el gas.
  • Los presurizadores funcionan pero para que realmente merezcan la pena, hay que jugar con cierta frecuencia. Se notará la diferencia.